la lluvia afuera bajaba apurada
a platicar mil quebrantos.
Nacía la música al compás de la tarde,
sus sollozos eran la melodía
al son de las gotas.
Un recuerdo se robó
momentáneamente el sueño,
piso de madera con pétalos rojos,
sus pies los besaban al oír raro sonido,
empezó a caminar.
En la ventana como flor en el mar,
mariposa rosada aleteando
sus alas en el febril vendaval.
Abrió la ventana e ilusionada
la quiso tocar,
Tal vez brindarle afable abrigo
y curar su nefasta soledad.
Pero la mariposa tomó vuelo,
temerosa y confundida
se fue hacía la nada
para más no regresar.
Ella se quedó llorando en su lecho,
reiterando a las paredes que como en todo
volvía a fracasar.
Será que nadie ni nada te cura congojas,
será que cuando encuentras algo hermoso,
si vives de angustia hay que dejarlo pasar.
Ni sol en su ocaso va con la noche,
ni beso de azúcar va con gota de sal.
Hubiera querido acercarme
con mi cara pintada en la lluvia,
tocar su ventana y decirle,
que yo tampoco la pude alcanzar.
0 comentarios:
Publicar un comentario