"...Prefiero convencerte con los ojos, sin mordidas en las alas ni picores en la espalda, en los brazos, en el pecho, en los zapatos; de esos que tú sabes, de andar corriendo sin un abrigo de lana, de cuarto en cuarto y se van haciendo las ocho, las nueve y les vamos sumando los miles de instantes sin descanso, de pensamientos que desvían el rumbo, de caricias escondidas bajo cuadernos o bajo las sábanas que tanto nos gustan.
Prefiero convencerte solo con los ojos. Pensarte. Verte desafiando la vida en los andamios...."
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