Sigo esperando en la noche
a su sensual redondez,
la esconde su timidez.
Vestido negro y sin broche,
se sube más que anteanoche,
velándole hasta la una
es la más tierna fortuna.
Es tanta mi admiración
que tengo una confesión,
me enamoré de la luna.
De: eduvaldi
En: Poemas del Alma
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