Una mujer y dos amores, uno la acuna al terminar el día, justo cuando el sol va a su cita clandestina con la luna. La besa y vela su sueño con infinita ternura. El otro, la despierta de madrugada para transtornar sus sentidos con caricias apasionadas y vehementes, no respeta sus silencios ni se queda a verla despertar cada día.
Dos amores tan distintos que descontrolan su mundo que hasta ayer fue tránquilo y sin emociones que le dieran vida. Uno es dulce, de lento caminar, lleno de gestos románticos, el otro; un loco soñador que va por el mundo amando y tomando todo aquello que le provoca. Ambos aman a la misma mujer,quieren poseerla y doblegarla, ambos se sienten dueños de sus ansias e incapaces de rendirse a sus caprichos.
Una mujer y dos amores que cada día la buscan para confundirla y llenarla de mil culpas, pero a los que no se puede resistir. Los ama y los odia por existir, pero su mundo no gira si uno de ellos falta en su día. Uno es fuego y pasión, el otro la calma y el reposo de la impetuosa mujer. Uno sacia sus instintos y el otro, destaca la nobleza que hay en ese corazón atormentado.
Un amor prohíbido y un amor reconocido por Dios, los dos necesarios, los dos culpables, pero son su oxigeno y el veneno que recorre sus venas cada amanecer. Comparte su cama con uno, pero entrega su cuerpo al otro. Despierta con ese que eligió para compañero de ruta, pero, se desvía del buen camino, en cuanto escucha el susurro que el viento le transmite de su otro amor, el que la hace sentirse más mujer que nunca. Corre por entre senderos y fríos caminos hasta llegar a él, se abalanza a sus brazos y olvida su deber.
Una mujer como hay pocas,lujuriosa y vehemente a la que dos hombres le han entregado su alma y sus destinos. Nadie sabe de esas pasiones tan extremas, pero su corazón exige definiciones pues la culpa y el deseo son su compañía cuando está a solas con su conciencia. Ella sabe que no renunciará a nada pues su piel tiene aún mucho que decir, su boca exige besos apasionados y su rebelde corazón demanda seguir sintiéndose vivo.
Una mujer y dos amores, uno será su compañero y el otro, su pecado. No renunciará a ellos, y enfrentará abiertamente a quienes censuren su proceder. Ya decidió su camino, ahora, con un gesto indefinible,perfuma su suave piel y pinta sus sensuales labios, ha llegado la hora del amor, irá al encuentro de su amante soñador, saldrá en silencio para no despertar sospechas y correrá a los brazos de esa pasión por la que ha perdido la razón.
Una mujer, dos amores; uno duerme y sueña con riquezas que pondrá alos pies de esa mujer de mirada esquiva y el otro, la tiene entre sus brazos y no la dejará ir hasta el amanecer, cuando el sol y la luna se vuelvan a separar. Ella regresará sigilosamente al hogar con la sonrisa marcada en el rostro, despertará tiernamente al que duerme en esa cama, donde hay amor, pero no pasion y olvidará hasta que comience a oscurecer que allá, en la distancia, hay un hombre al que no ama, pero que es el dueño de esa virtud que debió entregar a otro.
L.
180607
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